Las modas también se cumplen en el terreno de las consolas. En los últimos años hemos sido testigos de un repunte espectacular en las ventas de las consolas pioneras como Mega Drive, Play Station o Game Boy entre otras. ¿Como es posible? ¿Acaso los juegos de ahora, con gráficos sublimes y una jugabilidad espectacular, no son suficientes? Sí y no. Las modas siempre vuelven.
La mente es moderna, pero el corazón es viejo
No cabe duda de que si lo pensamos fríamente, los juegos más recientes son mucho más espectaculares. Son verdaderas obras maestras de ingeniería informática y tienen unas cualidades gráficas que por poco no se distinguen ya de la realidad. Los argumentos de los juegos también son cada vez más cinematográficos y deliciosos. Entonces, ¿por qué los juegos retro y sus consolas vuelven a nosotros como un boomerang? Pues fácil: porque nuestro corazón es un nostálgico.
Cada vez que cogemos un mando vintage de una consola retro y nos ponemos a jugar a Super Mario o a Sonic, nuestros sentimientos viajan dos décadas al pasado. Nos sentimos como aquellos niños que ya no somos y nos divertimos tanto como entonces. Nos inundan los recuerdos de aquellos años que ya no volverán. Y competir contra un sentimiento tan poderoso como este no es una tarea fácil.
No es un juego, son cientos
También puedes encontrar gamas más modestas pero con una variedad de videojuegos que te aseguran horas y horas de diversión sin parar. En este otro caso podemos disfrutar de más de 600 juegos clásicos en una sola plataforma. Y no hablamos de juegos de relleno, si no más bien de los grandes clásicos que marcaron un antes y un después en la industria gaming.
La originalidad también cuenta
Muchas empresas están proponiendo auténticas revoluciones para los amantes de los videojuegos. Movimientos gestuales, gráficos de absorción en 3D, realidad virtual... son cada vez más las opciones para disfrutar al máximo de una buena sesión de vicio.
¿Es esto exclusivo de la tecnología más avanzada? No. Las consolas retro también saben reciclarse para ofrecer experiencias que, sin ser tan tecnológicamente avanzadas, son realmente entrañables. Uno de los ejemplos más claros de este hecho es la mini máquina arcade, toda una joya de recreativos del tamaño de un móvil con más de 150 juegos en su interior. ¿Quién puede resistirse a sentir de nuevo lo que era jugar al Tekken o a Street Fighter en los recreativos? ¿Y al The House of the Dead?
Como decíamos, ser original también cuenta. Y nada hay más original que los juegos originales.
Los precios son imbatibles
Tampoco hay que olvidar el aspecto económico. Las consolas más actuales tienen unos costes muy elevados que obligan a los usuarios a rascarse el bolsillo. Además cada videojuego suele superar los 60€ casi con total seguridad. Al final, tener una consola moderna con 5 o 6 juegos acaba suponiendo un coste importante que no todo el mundo está dispuesto a desembolsar.
Así pues, cuando ven una consola retro por 24.99€, 27.99 €, ¿cómo van a reaccionar? Pues habitualmente con una compra.
Y tú, ¿qué vas a hacer?